top of page

Acomodando la culpa

Un país es gobernado por un mandatario, un gabinete, una cámara o un primer ministro. Si bien en a mayoría de ocasiones es quien tiene el poder sobre los poderes del estado, este no es responsable del comportamiento de las personas. Un presidente no siempre es visto como uan autoridad ya que es imposible que todos los ciudadanos de este concuerden con sus ideales, lo que hace que no lo vean como una autoridad sino simplemente como una persona que mantiene un cargo.

En Ecuador y en la región: Los femicidios, homicidios, homofobia, xenofobia y violencia en general no cesan. Tanto como para las víctimas, los ciudadanos y los mandatarios, es necesario posicionar la culpa en algún sector, individuo o grupo de personas. En varios casos, los femicidios se han dedicado a apuntar la culpa hacia el patriarcado en lugar de en la falta de educación al respeto civil y a la equidad de género . Los homicidios y la Xenofobia en su lugar, se justifican culpando a los migrantes en el país. Sin embargo, es más acierto ver que la falla se encuentra en el mensaje que da a la sociedad el sistema jurídico del país.

El momento en el que, una persona dentro de un país sale impune frente a un delito, esto da una luz verde a una persona que posiblemente, no tenía en mente realizar un delito similar se empodere

a hacerlo viendo que no hay repercusiones extremadamente pungitivas a esto. Es por eso que, el deber del estado es educar a la sociedad del bien y el mal con el fin de proteger a quienes gobierna. A pesar de que esto suene muy general y se vea como un objetivo muy lejano de cumplir, el único paso sería ilustrar del bien y el mal, mediante un código penal estructurado porque el comportamiento del ser humano se basa en el ejemplo y aprender por experiencias.


bottom of page